FruitRed es el relevo generacional del proyecto de agricultura ecológica que empezaron mi padre y mi madre en los años ochenta, cuando apenas había mercado ni información de cómo producir, intentando rescatar los saberes que la revolución verde había desprestigiado; y adaptándolos al modelo entonces presente.
En 1991 varios campesinos repartidos por el territorio catalán, entre ellos mi padre, crearon Hortec, primera cooperativa de productores ecológicos de Cataluña. Esto fue un empuje importante, a la vez que fijaba las bases de una producción y comercialización más organizada. Aún hoy, Hortec es un pilar central en el mercado ecológico catalán y estatal. La creación de la ADV ecológica de Ponent nos permitió afrontar mejor los retos, hacer red y ser más fuertes.
Actualmente, tenemos una parte de la finca con cultivos extensivos, donde vamos haciendo rotación de forrajes y cereales; y otra parte donde hacemos fruta dulce: empezamos en mayo con el albaricoque y terminamos en octubre con el membrillo, pasando por melocotones, nectarinas, paraguayo, manzanas y peras. También hacemos un poco de huerta.
Somos agricultura campesina, de oficio, de vocación; trabajamos con ganas y pasión por tener unos alimentos de alta calidad. Observamos con preocupación la pérdida de los oficios, de saber y autonomía en todos los sectores; y, en el caso de la agricultura, la deriva hacia la industrialización, acompañada de la pérdida de vínculo entre las personas y el campo.
Nos gusta que los bancales tengan nombre; los árboles de los margenes que rompen el monocultivo, haciendo de refugio de fauna auxiliar y de sombra para comernos el bocadillo; conocer las hierbas adventicias y sus usos…, en definitiva, la cultura campesina, cuidar la tierra, cerrar el círculo todo lo posible, hacer red, y conservar la singularidad de cada territorio.